La revista Life no sabía si debían confiarme cubrir a las Panteras Negras o a la Nación de Islam de manera equilibrada en la década de 1960. Las Panteras Negras y la Nación del Islam sentían lo mismo. La primera cosa que Elijah Muhammad me preguntó cuando fui con Malcolm X a visitarlo a Arizona fue "¿Por qué trabaja para los diablos blancos?"
Lo ofrecí una especie de Caballo de Troya: Yo sería de más ayuda adentro. Él no me creyó y la conversación duró 15 minutos, aunque Malcolm y yo habíamos volado desde Nueva York. Pero cuando me fui, Malcolm dijo, "Creo que le gustas." Con más confianza, una semana después me ofreció medio millón de dólares por hacer un libro y una película sobre la Nación del Islam.
Le dije que estaba halagado, pero tenía miedo de que él tratara de influenciarme. "Apuestelo," dijo. "Si lo doy medio millón de dólares, trataré de influenciarlo." Así. Entonces me dirigí al carro otra vez y estaba a punto de subirme -otra vez, no había estado ahí sino 20 minutos- y dijo, "me gusta el hecho de que haya rechazado medio millón de dólares por sus principios. Creo que puedo confiar en usted. El Hermano Malcolm será su guía. Le voy a permitir que vaya por el mundo del Islam. Si nos gusta sus fotos y lo que dice, le enviaremos una caja de cigarrillos. Si no nos gusta, le iremos a visitar." Y de esa manera entré a esa historia.
¿Usted no estaba intimidado?
No, no estaba intimidado. No me visitaron después de que escribí la historia sobre la muerte de Malcolm. Ahí fue cuando el FBI le notificó a la revista Life que supuestamente me iban a asesinar. Life puso a mi familia, incluyéndome y a mis hijos y nietos, en un avión rumbo fuera del país.
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Ellos permanecieron alejados por dos meses, pero sentía que iban a asesinarme, no quería estar con mis hijos y nietos, entonces volví a Nueva York. Life no me iba a permitir quedarme en mi apartamento, entonces me alojé en el Hotel Plaza. Dos detectives fueron apostados a cada extremo de mi habitación, y un tercero, un detective itinerante era el jefe del escuadrón. Viví de esa manera por un mes hasta que me cansé. Las personas salían y estrechaban mi mano, y esos hombres tenían las manos en sus pistolas. Todos eran Dick Tracys, sabe. Una noche en particular los detectives estaban sentados alrededor de la mesa del comedor, y de repente saltaron y corrieron al lobby. Habían dos chicos jóvenes afuera. Estaban vestidos de negro, y lucían como de la Nación del Islam. De repente se encontraron de frente con los tres detectives con pistolas en la cara. Resultó que esos chicos que lavaban platos en el Plaza, esa noche querían salir y ver cómo era el lobby. Y casi les disparan. Me dí cuenta de que si alguien podía matar a Kennedy y matar a Martin Luther King- personas como esas- ciertamente podían llegar a mí, sin importar que tuviera un par de detectives a mi alrededor. Me escapé de ellos, conduje a Harlem, caminé al Restaurante Shabazz y pregunté por el Hermano Joseph, que era la cabeza del escuadrón de matones. Me dijeron, "Él no está aquí."
Les dije, "Acabo de verlo atravesar la puerta." De seguro, el Hermano Joseph estaba husmeando desde la puerta de la cocina, y dije, "Hermano Joseph solo salga." Él salió y le dije "Tomémonos un té."
Nos sentamos. No hablamos de la muerte de Malcolm. ni de nada que tuviera que ver con la Nación del Islam. Solo hablamos del clima y de nuestras familias, me levanté y me fui. Volví y le pregunté a la revista Life que se llevara a los detectives, y lo hicieron.
(Entrevista de mayo 18 de 1993. Extracto de: John Loengard, LIFE Photographers: What They Saw, Boston, A Bullfinch Press Book, 1998)
[Las fotografías son cortesía de la Galería Fotográfica de LIFE, © 1963 Gordon Parks]
Fotografía: Gordon Parks - EEUU, 1963 |
Fotografía: Gordon Parks - Chicago (EEUU), 1963 |
Ethel Sharrief, hija de Elijah Mohammed.
↬ LJDLP