Fotografía en el recuadro: Brandon Thibodeaux |
Parte de un envío del Proyecto Nuru.
Por: Lily Rothman
Cuando el fotoperiodista J.B. Reed volvió de un viaje de la Beca Fullbright 2004 en Kenia, donde había estado trabajando en un documental acerca de los barrios bajos de Nairobi, sintió que su proyecto no había terminado. Las personas que conoció rondaban su mente, dijo, y quería hacer algo un intercambio por el acceso y el tiempo que ellos le proporcionaron. Entonces organizó una presentación en una galería en Boston, vendió sus fotos y envió el dinero a una organización sin ánimo de lucro en el barrio de Nairobi.
“Creo que muchos fotógrafos se sienten así,” explicó, “pero estaba fuera de tal sentido de la obligación.”
Reed se dio cuenta que, mientras sus compañeros fotógrafos a menudo hablaban de esa urgencia de devolver, carecían de una plataforma para hacerlo de una manera organizada y constante. En 2008, él junto con algunos amigos artistas -y negociantes- fundaron Nuru Proyect—“Nuru” significa “luz” en Swahili—para llenar ese vacío. La empresa ahora se ha relacionado con el reconocido fotoperiodista, fotógrafo de contrato de TIME Yuri Kozyrev, y el grupo busca crecer con el manejo de Kickstarter (una plataforma de servicios creativos) destinados a crear una campaña de marketing. Reed dice que la respuesta al proyecto ha sido positiva, pero es consciente de las preguntas a la integridad periodística que surgen con su idea.
“Muchos fotoperiodistas llegan al periodismo porque creen que hay historias que son importantes contar y quieren hacer la diferencia,” dice Reed. Nuru les ayuda, pero también re-introduce la frecuente discusión de el papel del periodista es hacer una diferencia o grabar las cosas como son.
El Proyecto Nuru ha recolectado hasta ahora U$150.000 para organizaciones sin ánimo de lucro, que a menudo trabajan directamente con las comunidades que aparecen en las fotografías que venden. Originalmente concebido como un grupo que organizaría exhibiciones, Nuri transitó hacia un modelo e-comercial en octubre de 2011. Reed ahora maneja la empresa a tiempo completo, viéndolo como una extensión del emprendimiento social que usó en su práctica como fotógrafo. Nuru vende fotos a bajo costo, enumeradas pero de edición limitada; la mitad del dinero va a una organización si ánimo de lucro afiliada que puede ser seleccionada por el comprador para verificar y la otra mitad es dividida entre el fotógrafo y el Proyecto Nuru.
“De verdad me gusta crear algo que está dedicado a poner al fotoperiodismo en una especie de prooósito social más allá de contar noticias, y creo que eso es una idea controversial al interior del fotoperiodismo,” dice Reed. “En nuestra página de Facebook, cuando posteamos historias relevantes, tendremos comentarios que dice que no es lo que el periodismo debe ser - y usualmente después tenemos más comentarios que simpatizan con lo que estamos haciendo.”
El Proyecto Nuru no es el primer grupo en enlazar fotoperiodismo y defensa social. Cornell Capa, director fundador del Centro Internacional de Fotografía, introdujo la idea del “fotógrafo preocupado” a mediados del siglo XX y mantuvo que las cámaras podían catalizar cambios necesarios más que solo preservar una imagen de la situación que lo necesitara. Hace poco, VII Photo ha vendido fotos a beneficio de Médicos sin Fronteras. Y Reed dice que ha notado una tendencia general hacia la fotografía con consciencia social.
“Existe la idea de que el fotoperiodismo debe ser objetivo y no tener opiniones,” dice. “Creo que en la realidad esto no tiene sentido y todos somos seres subjetivos y que el fotoperiodismo brinda eso a sus trabajos.”
Sin embargo, muchos de los puntos planteados por el código de ética de la Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa (NPPA) parece implicar que tal subjetividad debe permanecer fuera de ese trabajo. El código le pide a los fotógrafos, mientras mantienen el respeto por sus personajes, “evitar envolverse política, civil y en negocios diferentes al compromiso del empleador o dar la apariencia de comprometer su propia independencia periodística.”
John Long, que es la Silla Ética del NPPA, dice que esta directriz no significa que los fotógrafos no deban envolverse en acciones sociales - tan solo que deben tener cuidado. Cuenta una historia suya de su carrera en Hartford Courant, cuando un editor le pidió que renunciara a la junta directiva de un refugio para indigentes y se abstuviera de fotografiar historias sobre indigentes: en ese caso, ambas acciones en esos dos espacios podían haber tenido un conflicto de intereses. “Puede tener creencias y una gran dedicación a su organización que está tratando de promover en ese aspecto,” dice Long, “Pero cuando llega el momento de lidiar con su periodismo tiene que recordar que el maestro al que está sirviendo no es la organización sino la precisión.”
La filosofía que le concierne al fotógrafo es muy consistente con la ética del NPPA, él añade: mientras que la fotografía suceda desde un punto periodístico, y después la acción social suceda separadamente, entonces el fotoperiodista está haciendo su trabajo. Y el impulso que condujo a Reed a fundar Nuru, dice Long, es lo necesario para que una buena fotografía sea posible.
“No puede traer sus alegatos a su trabajo pero puede traer su humanidad,” dice Long. “Si no trae pasión por las personas y preocupación por el bienestar de las personas y la sociedad, si no trae amor por su trabajo, su trabajo va a ser un hoyo en el cual empezar.”
Nuru se convierte en un conveniente intermediario, permitiendo al fotoperiodista participar en causas sociales sin dar activamente a la causa involucrada, especialmente mientras las fotografías están a la venta, especialmente si las fotografías no han sido tomadas con Nuru en mente. Pero si Nuru se desarrolla a través de tratos excepcionales con fotógrafos para extender sus relaciones - como J.B. Reed espera que sea- la organización será la máxima expresión en contra de la pregunta de si la objetividad periodística es en efecto posible o deseable en primer lugar.
Todas las fotografías pertenecen al Proyecto Nuru.
http://www.nuruproject.org/
Fotografía: Teru Kuwayama - Kashmir (Pakistán) |
De camino por el Glaciar Siachen en Kashmir.
Fotografía: Ami Vitale - Varasani (India) |
Un clavasita en el Río Ganges en Varasani, India
Fotografía: Benedicte Kurzen - Lagos (Nigeria) |
Una niña recorre las calles con pan sobre su cabeza.
Fotografía: Laura El-Tantaway - Nueva Delhi (India) |
Trabajadores musulmanes celebran el Festival Eid en Nueva Delhi.
Fotografía: Kirk Mastin - Chennai (India) |
Una mujer entre las olas durante un anochecer en la Playa Marina en Chennai, India. La Playa Marina es la segunda playa más estrecha del mundo con 4.02 kms.
Fotografía: Yuri Kozyrev - Cairo (Egipto) |
Diez mil personas marcharon hacia el parque central en Cairo, hondeando banderas y cantando el himno nacional durante la campaña para expulsar al Presidente Hosni Mubarak.
Fotografía: Alex Masi - Bhopal (India) |
Una niña voltea su cara hacia la lluvia.
Fotografía: Martyn Aim - Narathiwat (Tailandia) |
Niñas rezan en una escuela musulmana al sur de Tailandia en la Provincia de Narathiwat.
Fotografía: Christian Bobst - Himalaya (India) |
Un joven monje mira hacia afuera de la ventana en el Monasterio Dagpo Shedrub Ling en los Himalayas indios.
Un juego de fútbol callejero en Luanda.
Un hombre en el santuario sufi.
Fotografía: Marco Trovato - Luanda (Angola) |
Fotografía: Aaron Huey - Multán (Pakistán) |
Fotografía: Espen Rasmussen - Balakot (Pakistán), 2005 |
Trabajadores en las plegarias del domingo en una mezquita destruida por el terremoto de Kashmir en 2005.
↬/ Lbox