junio 06, 2012

SAMUEL ARANDA

Fotografía: Samuel Aranda - Yemen, 2011

Extracto de una entrevista a Samuel Aranda al periódico electrónico Abc. Disponible acá.


Samuel Aranda (Santa Coloma de Gramanet, 1979) fotógrafo catalán, reconocido con el World Press Photo gracias a la imagen de una mujer con velo consolando a su hijo tras las protestas contra el Gobierno yemení, celebra que el premio haya focalizado la atención sobre este país de Oriente Próximo, que para él es el gran olvidado de la Primavera Árabe.

—En el momento en que tomó en Yemen la foto ganadora del World Press Photo, ¿era consciente de estar retratando una imagen que pasaría a la Historia?

La verdad que no, era un momento de mucho caos donde no tuve tiempo para pensar, e incluso al ver la foto en mi ordenador cuando la estaba editando no pensaba que pudiese tener esta repercusión.

—¿Considera que las informaciones sobre la Primavera Árabe en Occidente han reflejado fielmente la realidad, o tenemos todavía ideas erróneas acerca de lo que ha ocurrido en Egipto, Libia, Túnez o Yemen?

Yo creo que por norma general los medios de comunicación reflejan solo una parte de la realidad, que no por eso deja de ser real. Pero es cierto que eso ayuda a que tengamos una imagen errónea del mundo árabe, para mí el más claro ejemplo es Yemen; la sociedad es la más hospitalaria y honesta que he conocido en mi vida, y sin embargo solo escuchamos ahora noticias sobre Al Qaeda.

—¿Se llega a superar alguna vez el miedo a trabajar en conflictos bélicos? ¿Cuál es la principal motivación que le anima a «jugarse el pellejo» por una foto: el prurito profesional, la necesidad de contar algo que los demás no están contando…?

Yo paso miedo en cada sitio que voy, cuando hay combates o bombardeos. Para mí el fotoperiodismo es más que un trabajo, lo veo como una forma de vida. Me gusta documentar historias con las que me siento identificado.

—¿Qué foto destacaría de las que han sido premiadas anteriormente con el World Press Photo?

Destacaría la de Charlie Cole en Tianmen en 1989 (la del hombre parando la columna de tanques) y la de Nick Ut en 1972 (la del bombardeo de Vietnam).

—¿Qué cualidades esenciales que debe tener un fotoperiodista destinado a lugares conflictivos?

La principal desde mi punto de vista es tener muy claro que esto es lo que quieres hacer, y luego mucha perseverancia. Trabajo, trabajo, trabajo... es una maratón.

—¿Qué acontecimiento de la Historia le hubiese gustado fotografiar?

La caída del muro de Berlín. Y espero fotografiar algún día la revolución en España, una revolución a la islandesa. Creo que ya tenemos motivos suficientes, nos están tomando el pelo.