mayo 07, 2012

POR UN PIE DE FOTO EXPLICATIVO PARA LA FOTOGRAFÍA INFORMATIVA EN PRENSA

Pero, bueno –dijo Mr. M’Coy–
¿no es una cosa maravillosa la fotografía, si se piensa en ello?
James Joyce.
(Dublineses)

Por: Hugo Doménech

Desestimando la posibilidad de una fotografía desprovista de intención, convirtiendo cualquier imagen informativa de prensa en interpretación interesada –subjetiva- cobra mayor importancia si cabe el papel del pie de foto. Gisèle Freund, fotógrafa y autora de textos de análisis clave en el entorno de la imagen fija y sobre sus implicaciones sociales, suscribe la necesidad que tiene el fotoperiodismo de unos pies de foto, cuanto menos, objetivos:

“La objetividad de la imagen fotográfica no es más que una ilusión. Los comentarios al pie pueden cambiar su significado del todo al todo”

Así pues, y como ya hemos visto, los pies de foto o leyenda son pieza básica en el fotoperiodismo pues son la herramienta más adecuada para salvar a las fotografías de su laxitud y polisemia, ya sea por sus limitaciones temporales (relato) o por cualquier otra causa. Nos atrevemos a concluir que una foto mediocre desde un punto de vista técnico e informativo, puede convertirse en una foto más eficaz informativamente hablando si le adjuntamos una leyenda adecuada y explicativa.

El pie de foto ha sido por tradición neutro, aséptico: fecha, lugar, nombres, etc; en el mejor de los casos. Muchos mediadores de las imágenes cometen el error de pensar que las fotos hablan por si mismas y en cambio cualquier instantánea espera su explicación o falsificación con un pie.

El País (pie de foto)

1. Las fotografías llevarán siempre pie.

2. Los pies deben ser puramente informativos e independientes del texto al que acompañan. No es necesario reiterar lo que resulta obvio en la imagen (“Butragueño, durante el último partido contra el Milán en el estadio de San Siro”).

3. El pie de foto nunca puede estar redactado como un título o una frase relacionada con el texto, y tampoco una frase escogida del texto, salvo en estos dos casos excepcionales:

-En las entrevistas, y aun así siempre que la foto no admita un pie noticioso.

-En las páginas especiales –por ejemplo, en los suplementos-, cuando la fotografía sea más una ilustración que una información.

4. Fotonoticias. La fotonoticia consiste en una imagen que tiene validez informativa por si misma, sin una amplia información que la acompañe. En estos casos, el pie de foto podrá ser más extenso (unas 15 líneas como máximo) y llevará un título. Éste no podrá superar una línea de composición.

5. Los títulos de las fotonoticias no deben tener necesariamente carácter informativo. Por tratarse de una foto como elemento noticioso en sí mismo, el título puede acompañar simplemente a la imagen. En este caso, por tanto, el redactor dispone de una mayor libertad para escoger el título.

El primer apartado del epígrafe recalca la prohibición de toda manipulación técnica. Ni siquiera es lícito, según el Manual de Estilo de El País- hacer un guiño al público que llame su atención sobre el texto. Sin embargo, no incluye la manipulación que puede suponer, por ejemplo, la errónea interpretación de la noticia por parte de fotoperiodista, es decir, la manipulación específicamente humana.

Sin embargo, estas líneas deberían constituir –al ser una aguja en un inmenso pajar- una referencia, motivo de análisis y actualización constante por parte del conjunto de profesionales que trajinan con imágenes fijas.

Por otra parte, Álex Grijelmo en el libro El estilo del periodista muestra su sorpresa ante la falta de preocupación que provoca el ámbito del fotoperiodismo, y más concretamente, la manipulación fotográfica en la mayoría de libros de estilo:

“Algunos libros de estilo –como El País-, prohíben la manipulación de las fotos. Pero otros –como el ABC y El Mundo-, tan curiosamente parecidos a aquél en algunas cuestiones técnicas pasan de largo por es problema en el capítulo correspondiente a la información gráfica.”

EL PIE DE FOTO EXPLICATIVO, PROPUESTA DE MEJORA

La foto es muda y depende de lo narrativo para que diga algo, para comprender. Igual que las estadísticas publicadas en prensa van acompañadas obligatoriamente por unos datos que nos permiten interpretar las cifras que leemos: la fuente, la muestra, la población, etc; las fotografías periodísticas podrían –ésta es la propuesta- ofrecernos algún dato técnico de cómo se ha tomado: con qué óptica, con qué velocidad de obturación, con qué diafragma, etc; e incluso porqué, cuáles son las circunstancias -si tuvieran relevancia- que rodearon la toma; y todo para alcanzar una mejor interpretación y por ende una mayor calidad informativa de lo que vemos publicado.

Así mismo, es necesario destacar que antes que intentar ofrecer unos pies de foto más explicativos, tendremos que demandar a las publicaciones informativas mayor precisión en su redacción. Estos confunden frecuentemente conceptos tan básicos del lenguaje visual, como pueden ser el concepto de plano y el de término, utilizando erróneamente aquél para referirse a éste y viceversa.

UN PIE DE FOTO DECISIVO

He aquí un caso ejemplar de lo decisivo que puede resultar un pie de foto a la hora de interpretar la noticia:

“Se ha roto el tabú”, escribe París Match el 12 de febrero de 1966, en el editorial que abre el reportaje sobre “los misterios de la vida”. Y aclara que ha pedido permiso a las “autoridades eclesiásticas”, antes de publicar la foto. Igual que Life o Stern, París Match no dice que se trata de un feto muerto. Cuando el público descubre este feto vivo que parece un ángel, se convence de que los niños son enteramente personas desde el mismo momento de la concepción. Esta imagen fue utilizada por los grupos antiabortistas para probar que el feto es un organismo autónomo que casi no necesita de la madre para sobrevivir. ¿Por qué las revistas no dijeron que no estaba vivo? La foto es una prueba de que las imágenes no hablan por si mismas y de que los pies de foto condicionan nuestra manera de verlas: si se nos dice que es un bebé vivo, nos quedamos maravillados; si se nos dice que es un aborto, nos embarga la tristeza. En definitiva, es el pie de foto el que nos hace reír o llorar.

En la guerra del Golfo los periódicos de todo el mundo ofrecieron la fotografía de un cormorán, con el plumaje cubierto de chapapote como símbolo de la tragedia de la guerra en Kuwait. Pero aquella imagen pertenecía en realidad a la catástrofe ecológica provocada por el barco Exxon Valdez en las costas de Alaska unos años antes. Sin lugar a dudas la foto no tenía otra relación que la metafórica con el desastre de Oriente Medio. Pero, como ocurre cada día con más frecuencia, los bancos de imágenes –donde encontramos cualquier fotografía del mundo y de las que son dueñas unos pocos- son un recurso fácil para cumplir con las necesidades informativas de la ocasión, aquel día a los periódicos no les importó publicarla. Y, por supuesto, los pies de foto publicados no hacían mención alguna a dicha deshonesta manipulación del contexto. Esta imagen fue utilizada posteriormente para una campaña publicitaria de la marca Benetton.

“Existen muchos y nuevos recursos técnicos y exigencias de diseño en los medios, que condicio- nan y alteran el contenido de las imágenes. En este sentido creo que debiera haber un código formal que identificara, mediante unas iniciales por ejemplo, cuando se trata de una fotografía auténtica, sin ninguna manipulación (12)”.

Así pues, la propuesta de explicitar en un pie de foto explicativo, en vez de enmascarar, las posibles manipulaciones tiene como finalidad que las fotografías informativas de prensa sigan funcionando como imágenes periodísticas informativas, es decir, que la credibilidad de éstas aumente y por añadidura su efectividad informativa.

El público podrá así disfrutar libremente de fotografías honestas, sin tergiversaciones ni intenciones aviesas; aunque estén perfectamente manipuladas.

Hemos explicado como el tratamiento digital de las fotografías puede originar manipulaciones tan graves como las de la época estalinista. Que una vez descubiertas nos dejarían la sensación de no poder creer en nada. Así pues, el fotoperiodismo está arriesgando demasiado. Los fotógrafos deben permanecer vigilantes: es su credibilidad, la veracidad de sus fotografías; es decir su futuro, lo que está en juego. Aquí es donde aparece nuestra propuesta de mejora para uno de los aspectos que consideramos clave en la disciplina fotoperiodística: por un pie de foto explicativo y comprometido.


CITAS Y BIBLIOGRAFÍA

(1) KÜPFER, NORBERT: Esa caprichosa mirada. “Revista de la Universidad Católica de Chile”, nº 7, 1991, págs. 109-120.

(2) FONTCUBERTA, JOAN: Fotografía: conceptos y procedimientos. Gustavo Gili, Barcelona, 1990, pág. 174.

(3) BENJAMIN, WALTER: Pequeña historia de la fotografía, Alfaguara, Madrid, 1997, pág. 82.

(4) ALONSO ERAUSQUIN, MANUEL: Fotoperiodismo: formas y códigos. Editorial Síntesis, 1995, pág. 69.

(5) ALONSO ERAUSQUIN: Op. Cit, pág. 72.

(6) MARTÍNEZ ALBERTOS, JOSÉ LUIS: Manual de redacción periodística. Mitre, Madrid.

(7) SCHAEFFER, JEAN-MARIE: La imagen precaria del dispositivo fotográfico, Cátedra, Madrid, 1987, pág. 60.

(8) Libro de estilo de El País: Ediciones El País, 1996.

(9) GRIJELMO, ÁLEX. El estilo del periodista, Taurus, Madrid, 1997, pág. 592.

(10) FONTCUBERTA, JOAN : El beso de Judas. Fotografía y verdad, Gustavo Gili, Barcelona, 1997, pág. 166.

(11) ZUNZUNEGUI, SANTOS: Mirar la imagen, Universidad del País Vasco, San Sebastián, 1984, pág. 150.

(12) BAULUZ, JAVIER: Diario 16, 8 de octubre de 1995, pág 62.

↬ / Uji