Texto escrito por Michel Puech.
Las pupilas de sus ojos son negras como la boca del cañón de un revolver. Pero bajo esa mirada, que es por turnos inquisidra y misericordiosa, vemos su sonrisa y dice poco. Edith Bouvier piensa antes de hablar, y lo que dice tiene un tinte de ironía, como el título de su libro Chambre avec vue sur la guerre [Habitación con vista a la guerra].
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Algunas personas habrán visto a Bouvier en televisión, recostada herida en un sofá en Homs, Siria, donde las bombas caen día y noche. En el video trata de tranquilizar a sus amigos y familia diciendo que está a salvo. En el mismo video, vemos al fotógrafo William Daniels hablando calmadamente sobre sus situación, junto con Paul Conroy de Sunday Times Magazine, también herido, y Javier Espinoza de El Mundo.
Unos días antes, el miércoles, febrero 22 de 2012, Marie Colvin, de Sunday Times y Rémi Ochlik de IP3 Press, murieron durante un bombardeo.
"Marie y Rémi estaban tendidos en las escaleras frente a nosotros. Me recosté contra la pared, sin poder hablar. William se lanzó sobre ellos. Rémi estaba boca abajo. Solo podía ver su hermoso perfil. Sus ojos estaban cerrados. Parecía que solo se hubiera desmayado. William se sentó junto a Rémi, dándole palmaditas en sus mejillas para despertarlo. Solo podía ver el pelo rubio de Marie."
Y así empezó una larga y agonizante espera para escapar de este infierno: "No pegué el ojo. Fumamos tanto que la habitación estaba velada con una nube de nicotina. Afuera apenas amanecía y ya se podía escuchar el ruido sordo de las bombas cayendo en la ciudad. Un primer impacto. Siento que la tierra se mueve, un pequeño temblor. Ese debió haber caído lejos. Paul (el fotógrafo del Sunday Times y soldado del ejército británico) me enseña cómo escuchar el bombardeo, y anticiparlo por lo menos entro en menos shock. Si entiende algo, sabe cómo pelear contra esto, y se siente menos miedo. Explica de dónde viene el bombardeo basado en el sonido y las vibraciones, y dónde está el tanque, si se aproxima o si se aleja, si apunta a un objetivo específico o solo dispara toda un área. Aprendo el lenguaje de la guerra. No he hablado antes. Y aprendí a escuchar, a entender, a traducir."
Bayeux para corresponsales de guerra
Edith Bouvier cuenta la historia de un corresponsal de guerra. Incluso si el término hoy es a menudo rechazado por los mismos reporteros, es verdad que el periodismo realizado en "zonas en conflicto" es una profesión particular, una que es la protagonista de un breve pero profundamente interesante libro, Grands reporters de guerre entre observation et engagement, publicado en la colección "Les encontres de Normal Sup"
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"En este negocio, en el que he estado por más de 25 años, nunca he aprendido a cómo no sentir miedo," escribe Renaud Girard, uno de los compañeros de Bpuvier en Le Figaro, en Retour á Peshawar (Ed. Grasset, 2011) citado en el libro anterior.
Miedo y heridas son parte del trabajo. Patrick Chauvel, cuyo cuerpo, de acuerdo a Jean-François Leroy, director del Festival Visa pour l´Image, sirve como un "mapa de los conflictos del siglo XX," no hace esfuerzos por ocultar su miedo, o el riesgo que toma. En el libro Les pompes de Ricardo Jésus, Chauvel escribió:
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"Es un trabajo peligroso el que ustedes periodistas hacen," dice mi vecino.
"Tiene un punto. Es verdad que a donde vayamos, la mitad de las personas que conocemos nos quiere muertos, los otros se rehúsan a hablarnos, y las personas que aceptan hablarnos, incluso aquellos que están agradecidos de que estemos ahí, trataran de usarnos para contarnos su versión de los hechos. La "verdad", que es por lo que estamos ahí, están en el medio de ese espectáculo de mierda que llamamos "guerra" y "revolución". Es nuestro trabajo sacarlo y presentarlo a las personas que viven en un mundo en paz. Tomará mucho trabajo llegar a las personas en otras partes del mundo interesadas, personas que tienen los mismos problemas. En otras palabras, tenemos que hacer nuestro trabajo."
En Chambre avec sur la guerre, Edith Bouvier habla de sus miedos con mucha modestia, y paga un tributo bien merecido al fotógrafo William Daniels, que le ayudó a atravesar sus interminables esperas durante los bombardeos. "¿Qué más pude haber hecho?, ¿Huir?" él me dijo con una pizca de irritación en su voz, cuando le agradecí por su coraje. "Olvídalo, no quiero hablar de eso."
No obstante, aunque los focos están sobre los muertos y los heridos, raramente se posan sobre los sobrevivientes o las personas en las sombras que trabajan para salvar vidas en estas situaciones extremas. "El hombre que me cargó gentilmente me dejó en la parte de atrás de un camión," cuenta Edith Bouvier en su historia de su primer intento por dejar Baba Amr. "Se volvió hacia mí, apretó mi mano, y fue a ayudar a otros. No lo conocía, y él no me conocía. Pero arriesgó su vida para salvar la mía."
Hoy, Daniel y Bouvier tratan de llamar la atención sobre los sirios que aún sufren en esta horrible guerra. Su preocu`pación está justificada, porque el mundo sigue en un silencio vergonzoso, en miedo de un conflicto internacional o el riesgo de un Islam radical. Sentimos la renuencia de la opinión pública para apoyar a los combatientes que pelean contra el horrible y sangriento régimen de Damasco. Y cuando la opinión pública duda, la prensa se adapta- Es revelador que el Premio Bayeux- Calvaods escogió honrar los que trabajaron en la guerra en Libia, que los que estuvieron en Siria.
Después de la devastación de incontables conflictos, desde Vietnam a Congo, de Camboya a Bosnia, Chechenia, Irak, Afganistán, México y cientos de otros lugares donde los civiles han pagado con su sangre, desde 2010 es la "Primavera árabe" la que nos ha sumido en el luto.
Y también ha empezado una serie macabra...
Como muchos de mis compañeros, no olvidaré la tarde del viernes, enero 14 de 2011, cuando supe por teléfono que Lucas Dolega habia sido herido de gravedad por una lata de gas lacrimógeno. "Hecho en Francia", lanzado por un policía tunecino. Aparentemente la lata no lo golpeó directamente, sino después de revotar. Aún así Dolega murió.
Las guerras y las revoluciones no respetan los periodos de luto. La ceremonia de Lucas Dolega en el Cementerio Père Lachaise en París apenas había terminado cuando sus amigos compraron sus tiquetes para El Cairo. En Révolutions, el magnífico tributo al trabajo de Rémi Ochlik, uno de sus compañeros comparte un mensaje enviado por Ochlik, "No voy a ir. Me dijeron que no fuera. Gasté 600 euros en un tiquete de avión pero ¿y qué? No quiero morir."
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El día después, él envió un correo electrónico a su compañera, Emilie Blachère, una periodista del Paris Match. "He cambiado de parecer. Estaré en El Cairo mañana a las 4 a.m." Después se fue como muchos otros a Libia, donde en abril 20 de 2011 Chris Hondors y Tim Hetherington murieron en Misrata. Hetherington murió en los brazos de Marie Colvin. Nosotros supimos solo seis semanas después que el fotógrafo sudafricano Anton Marmmerl también había muerto... Y después están nuestros compañeros árabes, cuyos nombres son difíciles de pronunciar. Olvidamos mencionarlos, incluso en el funeral en Bayeux. Pero Reporteros sin fronteras se encarga de la nefasta pero necesaria contabilidad.
Después de unos pocos meses, el "Teatro de la guerra", como dicen en el ejército, se mudó a Siria. En enero 11 de 2012, con apenas retraso, espectadores de la televisión fueron testigos del bombardeo a Homs donde el camarógrafo Gilles Jacquier, de Envoyé Spécial, murió mientras su esposa Caroline Poiron miraba. Absoluto horror.
Toda la profesión se sacudió de nuevo. ¿De dónde venían esas bombas? como si necesitáramos más pruebas, algo que realmente golpeara el hogar, para nosotros condenar la dictadura del presidente sirio.
Aún nos hacemos la misma pregunta cuando Jean-Pierre Perrin elaboró los titulares en Libération con el martirio de Holms. Salió cuando Baba Amr, Edith Bpuvier, Rémi Ochlik y William Daniels llegaron... Marie Clvin la legendaria periodista de un ojo del Sunday Times, envió un correo electrónico, citado en Vanity Fair, a su amigo fotógrafo Janine Di Giovanni: "No podemos irnos ahora que el Eurotrash está aquí. Me quiero mudar a las 5:30 de la mañana me rehúso a ser golpeada por los franceses." ¡La competición es feroz, incluso en el frente!
Es más violento ahora en editoriales y la televisión que en el fotoperiodismo. Fotógrafos le dirán sin problemas, dos o tres décadas después, los sucios trucos que jugaron para otras agencias en el siglo XX. El gran descenso en la cantidad de asignaciones ha estrechado el compañerismo entre fotógrafos. Y en el campo cubriendo la Primavera Árabe, ha sido una pelea relativamente limpia. Para periodistas editoriales, sin embargo, la tensión ha aumentado. ¿Son las redes sociales culpables?
Javier Espinosa de El Mundo, ganador del Premio Bayeux-Calvados por su reportaje desde Holms, no pronunció una sola palabra en la ceremonia de premios para quienes murieron a su lado... ¿Modestia? Aún así, escribió en su artículo de ganador: "La muerte siempre está asociada con la oscuridad. Tal vez porque lo negro está siempre al acecho donde sea que la muerte vaya. ¡Me hirieron!" Esas fueron las primeras palabras de Paul Conroy que escuchamos en la oscuridad total. "¡Marie, también!" Marie Colvin había sido decapitada por la explosión. Después de aclarar el humo se reveló la horrible visión. Muchos cuerpos estaban en medio de los escombros, junto con computadores y cámaras de los periodistas. La bomba había caído muy cerca de la entrada. La ola de impacto había devastado la habitación que servía como un hogar maltrecho para periodistas extranjeros y locales. Para uno de ellos, Hussein, de 22 años, "era la voluntad de Ala." Para mí y William Daniels, fue una pared."
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Marc Charuel, un reportero, escritor y director de fotografía del grupo Valmonde, entrega una fría mirada a la profesión en su estudio Les cercueils de toile:
"Obviamente, nada de esto cambió la guerra. Nunca escuchará, pero aquellos que se han ido, en principio, haben sobre los horrores de los que fueron testigos. No creo que haya conocido a un solo corresponsal que no se trague su orgullo a la sola mención de lugares sucios que ha atravesado, quien solo trata como iguales a aquellos que han visto lo que él ha visto. La única pregunta que le interesa es, ¿Estuvo ahí?" Algunas veces no saben que guerra fueron a cubrir o por qué. Pero esas personas no pueden estar en otra parte... Es un club exclusivo cuyos miembros no tienen nada que probar. Ellos solo toman cosas del terror que los otros han sentido y lo transportan de un lugar a otro, vivir con ello y esperar que otros sepan que ellos cargan con eso. Al final, es solo después de un gran esfuerzo, y un gran trato de sufrimiento, que uno se da cuenta que la persona más afectada por las fotografías es el fotógrafo mismo, que el fotógrafo aún carga con esas heridas, que esas fotografías se convierten en parte esencial de su persona, y que han llegado antes de su tiempo a la Gran tribu de los muertos de la que se habla en el proverbio Bantú."
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Como Marc Charuel, Yan Morvan algunas veces tiene un mal sabor de boca. En Reporter de guerre (La Martinière) dice: !982, 1983, 1984, 1985. Pasé cuatro años en el infierno de la guerra. No salí de esa experiencia ileso. Me volví cínico, ganando dinero de ese horror."
"Las opciones de vida hechas por estos reporteros de guerra aun atraen el interés del público," escribió Antonin Durand en su prólogo -que servirá de conclusión. para la colección de entrevistas "Grands reporters de guerre".
"Todos buscan entender mejor las motivaciones de los civiles que se lanzan a lugares donde todos los demás están tratando de salir. Ellos estaban mostrando el mundo que todos sienten deben conocer, sin estar preparados para enfrentarlo."
Libros:
Révolutions
Fotografías: Rémi Ochlik
Editorial: Emphas.is Journalism expérience Dublin 2012
http://www.emphas.is
Bosnia 1992-1995 avec de nombreuses photographies du conflit.
Solo disponible en Comme un roman 39 Rue de Bretagne, 75003 Paris
Tel: +33 (0)9 79 21 06 80
Chambre avec vue sur la guerre d’Edith Bouvier
Editorial Flammarion - 2012
Grands reporters de guerre, entre observation et engagement
de Pierre Barbancey, Renaud Girard, Jean-Pierre Perrin, Jon Swain.
Entrevistas por Emmanuel Laurentin y Gilles Pécout
Editorial Les rencontres de Normal Sup’ - 2012
Les pompes de Ricardo Jésus
Por Patrick Chauvel
Editions Kero - 2012
Les cercueils de toiles de Marc Charuel
Editions du Rocher - 1998
↬ LLDLP