mayo 17, 2012

CIUDAD EN LLAMAS: UNA MIRADA AL INTERIOR DE CHANGSHA EN CHINA

Antes que ver la ciudad de Changsha caer en manos japonesas durante la II Guerra Mundial, el líder nacionalista chino Chiang Kai-shek decidió quemar por entero la ciudad hasta los cimientos en 1938. Saliendo de la destrucción, Changsha, ahora una metrópolis de seis millones de habitantes, ha surgido desde las cenizas.

Por: Nicholas Hegel McClelland  
El fotógrafo Rian Dundon pasó seis años haciendo una valiente exploración a las personas que viven y hacen su vida en Changsha, así como en Hunan, en una civilización con evolución geométrica. Un lugar vertiginoso, donde “jugadores en el despliegue epico del desarrollo en China” se enfrentan con fuerzas más allá de su control, dice él. 

Dundon describe Changsha como “Blade Runner conoce Brooklyn: un laberinto en expansión en una ciudad hecha de concreto, grandes avenidas con comercio y sueños de neón se enlazan con una energía que me marea.” Después de seis años de vivir y trabajar en China, el fotógrafo empezó a crear una idea del libro y vende copias vía emphas.is para recaudar fondos para su publicación. 

Barco encallado en la ladera del Río Xiang
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2008

El fotógrafo originalmente se trasladó a China pensando en un compromiso por  un año, junto con su entonces novia que había conseguido un puesto como profesora de inglés por la Universidad de Princeton. Vivir en China subvirtió la imaginación de Dundon, se sorprendió por la disparidad entre lo que había visionado y lo que encontró. “Esperaba algo más exótico, más extraño,” dice. “Mi noción de China era de un lugar alejado del resto del mundo.”

Dundon empezó a aprender mandarín en los salones de billar, contando bolas en chino, y practicando sus habilidades con el lenguaje con billaristas locales y espectadores. Se hizo amigo de un vendedor de licores y un dueño de un bar que lo introdujo al lado sucio de la vida nocturna. En el día, exploraba Changsa, explorando el ritmo y la textura del lugar. “Dí lo mejor para absorver todo, cada pedazo de lenguaje local o noticias o ofertas culinarias. Y fotografié, siempre fotografié. Solo ahora no soy un visitante o un periodista,” dice. “Sin una historia que cubrir, o un límite al cual ceñirme, me consigné a la sensualidad de vivir, comprometerme con las personas que conocí y estar abierto a diferentes formas de experiencia,” escribió Dundon en la presentación de su proyecto.

“Después de un año supe que solo había rasgado la superficie. Había muchas cosas que excavar. Y no había manera de acelerar esta clase de cosas,” dice Dundon. A pesar de que su novia lo dejó un año después, Dundon terminó quedándose en China seis años.

Más que una aproximación tradicional periodística, Dundon fotografió de manera más experimental. En su trabajo, Dundon se encontró “tratando de mantener un continuo sentido de narrativa personal en mi trabajo - una perspectiva unificada. En China estaba más interesado en la atmósfera y en la actitud que en definir estrictamente un sujeto o una historia,” dice Dundon. “Y tuve que aceptar el hecho que no sabía nada. Que solo manteniéndome abierto a diferentes formas de experiencia podía ser capaz de producir algo honesto. Necesité ceder el control. Permitirme ser arrastrado.”

En Changsha, Dundon se hizo amigo de planificadores funerarios, consultores funerarios y especuladores. “El negocio de la muerte está creciendo en China. Muchos de ellos eran chicos recién salidos de la universidad y que mantenían el humor a pesar de un ambiente tan sombrío,” dice. A pesar de tener grandes oportunidades en la industria, estos jóvenes ambiciosos quedaron atrapados en un área intermedia, entre las antiguas y modernas tradiciones chinas. El poder y la presencia de los espíritus y fantasmas aún es respetado por muchos chinos, y para este grupo, significa mantener su trabajo en secreto - a excepción de algunos familiares cercanos y amigos. “Muchas personas no quieren estar cerca de alguien que pasa sus días con los muertos. Y compartir experiencias de exclusión es el pegamento que mantiene su pequeño grupo junto.”

Dundon hizo un viaje rural a Liling County con uno de sus amigos de Changsha. “Me dijo que nadie en su pueblo podía saber realmente qué hacía para vivir.” dice Dundon. A pesar de su éxito en la ciudad, “estaba forzado a mentir sobre su trabajo cuando iba a casa por navidades. Después de saborear la vida de la ciudad dijo que no podía volver a su casa nunca más.”

Examen de visión.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2006

Backstage del bar gay y cabaret Night Cat (Gato nocturno)
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2007

Paisaje congelado
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2010

Durmiendo en el bus
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Desmayada.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2007

Viejos amigos en la comida.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2008

Publicidad de licores
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Dormitorio de los empleados en el Night Cat
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2007

Llegan los padrinos de boda.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Heroína
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2007

Pesca eléctrica nocturna
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

DJ de boda.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Restaurante fuera de horas
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Chica en la cama.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011

Viejo cementerio.
Fotografía: Rian Dundon - Changsha (China), 2011
↬ / LBox