Fotografía: Ricky Dávila - Manila (Filipinas), 2001 /2003 |
"Esta foto la hice en la prisión Manila City Jail de la capital de Filipinas y en ella aparece un 'gang' [una banda] cuyos miembros se identifican fácilmente por los tatuajes de cobras que lucen en brazos y hombros. Si por mí fuera, el comentario sobre la foto terminaría aquí y así evitaría caer en la falsa épica del fotógrafo audaz que tanto me repugna y tan de moda parece estar.
Pero voy a seguir. La foto pertenece al proyecto 'Manila' y le tengo mucho cariño, tanto a esta instantánea en concreto como a todo el libro. No es un trabajo periodístico; es un imaginario que me llevó dos años terminar, desde 2001 a 2003. Fui a esa ciudad por otra exposición y visité mil sitios no porque quisiera describirla, sino porque quería contar lo que a mí me ocurría desde mi punto de vista. Hay una gran diferencia.
Los habitantes de Manila son muy abordables, pero las autoridades y la gente confundían mis fotos con un trabajo de denuncia, y no es así. Pese a que hay un fundamento de amor absoluto en todo lo que hice, en ningún momento me metí en la cárcel para presumir de que mis imágenes iban a arreglar el mundo. Simplemente quería conocerme a mí mismo sirviéndome de los otros, en el sentido más noble de la palabra. Yo soy el que les agradece el encuentro.
El proyecto 'Manila' es un trabajo documental, de autor y de contexto. No es un trabajo periodístico porque el soporte y el destino no son mediáticos. No es periodístico porque el motivo del reportaje no coincide con el de las agendas de los medios. No es periodístico porque no tiene un fundamento de 'salvapatrias' ni pretende tener una virtud reparadora. No es periodismo. Es documentalismo en el sentido más bonito de la palabra.
Aunque tengo miedo de que todo se reduzca a tres entrecomillados en los que yo me adorne explicando cómo conseguí esta foto, lo que más recuerdo es la facilidad que había en Manila para trabajar en distancias cortas, incluso en una situación como la que se muestra en la imagen. ¡Y qué falaces que somos los fotógrafos que al final vendemos una épica falsa presumiendo de que estamos transcendiendo y saltando márgenes de proscripción y marginalidad que nosotros mismos nos inventamos! Somos pequeñoburgueses haciendo fotografía para pequeñoburgueses. Aborrezco la idea del fotógrafo que se mete en sitios en los que nadie se atreve a entrar.
En el fondo me da mucha pereza hablar de mí mismo y no me gusta entrar en discusiones sobre la dificultad que tiene conseguir una foto de estas características. Ésa no es la cuestión. La cuestión es la gran falacia del fotoperiodismo que relaciona dificultad con actos voluntarios. Y al final acabamos hablando más del modo en el que abordamos a la gente que de la gente que sale en la foto.
El proyecto 'Manila' tiene una gran importancia para mí, ya que después de diez años trabajando en el panorama editorial me pude demostrar a mí mismo que puedo hacer algo con unos parámetros completamente distintos a ese entorno. La extensión del trabajo, su formato y su destino no tienen nada de editorial. Para mí eso fue muy liberador porque sentía que en el entorno mediático había llegado a un callejón sin salida. Es un entorno absolutamente muerto en el que no hay ningún verdadero talento convocado y en el que el trabajo es puramente mercenario.
Durante los últimos cinco años me he centrado en trabajos más introspectivos. En realidad lo que quiero es que la gente sueñe con ésta y otras fotos. Me gusta dominar la técnica para ignorarla y me cuesta dar explicaciones que no sean subjetivas. Me gusta despertar curiosidades, y en el fondo creo que es más importante lo que la gente con criterio tenga que decir sobre mi foto que lo que yo pueda argumentar."
↬ / QSDe
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