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| Fotografía: Shaul Schwartz - Haití, febrero 2004 |
Puerto Príncipe estaba derrumbándose. Era desenfrenado, con saqueos generalizados. Un grupo de nosotros había ido al puerto. Los matones con armas de fuego no nos quería allí. Nos agachamos para no ser obvios. Decidimos ir hacia el muro. Un delincuente me ofreció "protección." Apenas salté el muro, vi a este chico, y fue como "Esto es lo que está por venir." Era mi primera asignación digital y estaba emocionado de ser capaz de mirar mis fotos. Lo hice por un segundo; cuando alcé la cabeza, todos habían huido. Era solo yo y el delincuente. Era como un perro que huele el miedo. Empezó a empujarme y a amenazarme. Después me rendí. Uno de ellos me golpeó. Tenía unos dólares en mi pantalón, y puse la mano ahí. Empezaron a arrancarme el pantalón y a pelear por el dinero. Esperé 30 segundos, empecé a caminar, luego corrí y después escalé la valla. Una vez al otro lado, traté de respirar.
Empecé a tomarle fotografías a un chico a un metro de mí. Gritó y apuntó una pistola. Vi un barril, le disparó a un hombre a mi lado - tenía sangre encima, entrañas. lloré, temblé. Corrí al carro horrorizado; era un desastre. Amo Haití, pero cada vez que paso por el puerto, llevo algo de ese miedo.
↬ / Guardian
